Literatura

miércoles, 11 de abril de 2012

Escarificaciones. Arte extremo en el cuerpo.



Tatuajes donde la tinta es tu propia sangre.

La escarificación y su resultado cicatrizado (Las escaras son cicatrices producidas por cortes superficiales o profundos en la dermis.), junto con los tatuajes, ha existido como costumbre desde hace siglos. Son las marcas más comunes entre comunidades tribales. Símbolos del valor por el dolor que causan, el estatus social, etc. Son una manera de escribir tu historia en el cuerpo que sólo sabrán interpretar los tuyos. Seguro que habéis oído hablar de la llamada “piel de cocodrilo”, una costumbre entre las mujeres africanas de insertar pequeñas astillas bajo la piel, o hacer cortes sobre ésta, para obtener el aspecto de escamas. De este tipo de arte corporal, hemos pasado a representaciones más extremas. Si estáis comiendo, dejad las fotos para el postre.

Las escarificaciones decorativas que pueden hacerse en un salón de tatuajes, son de tres tipos. Se las denominan CuttingBranding y skin removal. La idea es crear una herida, corte o escara, que al cicatrizar forme un queloide. Una escara es un tejido ulcerado, en el que la superficie de la epidermis ha desaparecido, se produce por abrasión y es muy complicada su cicatrización. El queloide, también llamado cicatriz hipertrófica, se forma cuando una herida comienza a acumular tejido cicatrizante, formando un relieve. El proceso de cicatrización depende de cada persona, en algunas apenas se forman queloides, sin embargo otras son muy propensas al desarrollo de tejido cicatrizante abultado y fibroso. En ocasiones puede crecer tanto que se extirpa mediante cirugía.


El cutting consiste, como su propio nombre en inglés indica, en cortar la piel con ayuda de un bisturí, siguiendo las líneas del dibujo. Se comienza como con cualquier otro tatuaje, dibujando en la piel el motivo a perpetuar con un bolígrafo adecuado, después se va perfilando cortando superficialmente con el bisturí la piel. De la profundidad del corte depende el grosor de la cicatriz. Por lógica, no debe superar los dos o tres milímetros, un corte de un centímetro ya requeriría sutura, y tal vez las marcas de los puntos te estropeen el dibujo. Tampoco es cuestión de desangrarse, pero sangre va a haber, y mucha, por la rotura de la red capilar. Por lo general no se utiliza anestesia, salvo casos muy especiales (gente que soporta muy mal el dolor, que como es lógico, este tipo de personas utilizarían pegatinas de las que se calcan con agua, no una navaja de barbero). Puede ir de molesto a muy doloroso, según tu umbral de dolor. Los cortes queman, pican, duelen, pero los entusiastas del body cutting dicen que esto forma parte de su magia.




El skin removal, consiste, como también indica su nombre en inglés, en quitar trozos de piel. Los dibujos en los tatuajes se rellenan con tinta, aquí el relleno es más bien un vaciado. Puede ser un complemento del cutting, vaciando algunas zonas para hacer más interesante el dibujo, o constituir todo el tatuaje en sí. En este caso, primero se corta siguiendo los bordes del dibujo como el anterior, y después se va quitando la piel del interior, la capa superior de la epidermis, bien cortando con un bisturí y unas pinzas quirúrgicas, lo que requiere maña, o retirandola por abrasión, rascando con una paleta quirúrgica. Es casos más extremos se recorta con unas tijeras, quirúrgicas también. Esta herida tiene una cicatrización más lenta, y el riesgo de infecciones es mayor al ser mayor la superficie que queda sin protección.





recuerda que lo rojo no es tinta, es sangre

Luego queda lo mejor... la carne sobrante

El Branding consiste en conseguir las cicatrices quemando la piel. Para ello se emplean metales calentados al fuego, como hacen para marcar a las vacas, un pirógrafo especial para ir perfilando el dibujo, o un líquido abrasivo, como puede ser el ácido láctico. El acabado es más feo, las cicatrices tienen un tono marrón, y la posibilidad de infección es mucho mayor, ya que para que produzcan el objetivo deseado deben rozar el tercer grado, atravesar todas las capas de la epidermis. No hace falta decir que es doloroso.


Todo proceso pasa por tres fases. Primero tienes un bonito dibujo como tatuado en tinta roja y brillante que quema y hay que cuidar para que no se infecte, porque ésta es la fase más delicada, la herida está abirta y expuesta a todo tipo de gérmenes. Tampoco hay que pasarse con la curación de la herida, porque si cicatriza del todo puede que no te quede marca y haya que retocarla. La segunda parte llega cuando empieza a formarse la costra (dependiendo del grosor de la herida), el dibujo se muestra como una superficie oscura que pica mucho. Se da el caso, en los que quieren tener una escarificación muy marcada, de retirar la costra una vez formada y dejar que comienza de nuevo la cicatrización, tantas veces como creas oportuno, que suelen dos o tres, más es masoquismo. El acabado final, la tercera fase, es cuando se forma la cicatriz definitiva, puede que apenas se note, que tenga un ligero tono diferente de color al resto de la piel que va cambiando con el tiempo (empieza por el rosa) o todo un queloide en relieve.

ANTES



DESPUES






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